Orlando D´Adamo: “En un momento como este, la economía es el criterio central”
Con más de veinte años de experiencia y una década centrada en consultoría política y medios de comunicación y liderazgo, Orlando D’Adamo, director de Communicatio, consultora de comunicación estratégica, director del Centro de Opinión Pública de la Universidad de Belgrano, y autor de 7 libros y más de 40 artículos sobre comunicación política, medios de comunicación y opinión pública, ha sido galardonado hace pocas semanas con el premio Mérito a la Excelencia en la enseñanza en comunicación política en los Napolitan Victory Awards 2019.
Para hablar sobre el impacto de ese galardón y, especialmente, sobre el escenario electoral actual en nuestro país, Comunicación Pública dialogó con D’Adamo, solo unas horas después de los anuncios económicos realizados por el gobierno nacional el pasado miércoles 17 de abril
¿En principio cuál es tu evaluación sobre el paquete de medidas económicas anunciado por el Gobierno?
No soy economista como para dar una respuesta precisa sobre los anuncios, pero lo que leo como experto en comunicación es que el gobierno está enormemente preocupado, y que ha jugado aquí una de sus últimas cartas, porque nos quedan seis meses hasta las elecciones, y cualquier medida económica, más allá de que sea buena o mala, requiere un tiempo para que el efecto llegue a la gente, además, de que con estas medidas se salen bastante de la lógica con que venían manejando la economía en general.
Entonces, creo que en el Gobierno hay gran preocupación, y también una visión clara de que la economía es uno de los criterios más importantes para la gente al momento de decidir su voto. Si la economía está estable aparecen otras motivaciones, pero en un momento como este, la economía es el criterio central. Creo que el Gobierno lo ha leído, ha tomado estas medidas y, evidentemente, confía que algún efecto tendrá de acá a octubre.
Recién hablabas de que la lógica de los anuncios se sale del libreto establecido hasta aquí, ¿cómo se justifica esto en términos discursivos de cara a la campaña electoral?
Remitiéndome a la misma lógica que mencioné antes puedo decirte que si las medidas tienen buen impacto, simplemente van a decir que han sido lo suficientemente flexibles para hacer algo diferente cuando la situación así lo demandaba. Lo malo sería que se hayan salido de su esquema habitual, y ni siquiera eso haya servido.
Por otra parte, si el impacto es bueno, la gente no hace preguntas. En Argentina en la década del 90 hubo voto cuota, Menem fue reelecto con muchísimos más votos que lo que sacó en su primera elección, y la gente no se preguntaba si era viable, cuánto tiempo iba a durar, o cuál era el costo.
Eso, además, pasa en todo el mundo: la crisis económica europea de 2008-2009 liquidó cuanto oficialismo hubiere, no importaba si era de izquierda, como Rodríguez Zapatero en el caso de España, o de derecha como Sarkozi en Francia. Y, a futuro, si el año que viene la economía está bien seguramente Trump ganará las elecciones, y el muro y todas sus excentricidades, para ser generosos, no van a tener mucho efecto.
Entonces, si las medidas tienen buen efecto es fácil discursivamente plantear: “somos flexibles, cuando tenemos que cambiar algo lo hacemos, y los beneficios están a la vista”.
¿Cómo encuentra a la oposición este replanteo táctico del oficialismo, específicamente a Alternativa Federal, en principio?
Perdiendo oportunidades por la situación tremendamente favorable que implica tener frente a un gobierno que lleva mal la economía; y con dificultades de organización, ligadas a una cuestión de liderazgos, sobre todo dentro del Partido Justicialista, que no se terminan de dirimir.
¿Por eso, aunque muchas encuestas plantean que un 70 % de la población optaría por una opción que no sea ni Macri ni CFK, la polarización sigue imponiéndose?
No sé si un 70 %, pero sí es cierto que aun cuando hay mucha gente que no los quiere, y en el medio de la crisis, todavía no se ha logrado romper la lógica de que la que viene será una elección polarizada.
Cristina está haciendo una campaña silenciosa, no hace campaña, y deja que las cosas pasen solas, y creo que el gobierno está ansiosamente esperando que comience a hacer campaña, porque sabe que tiene un problema discursivo: Cristina cuando habla lo hace para los suyos, y le recuerda a los que no lo son, muchas de las cosas por las que las personas no quieren votarla.
¿De allí que en muchas de tus entrevistas planteabas la ventaja de mostrarse como una “leona herbívora”?
La mejor estrategia para Cristina sería mostrarse como una leona herbívora, alguien que ha aprendido que hubo cosas que se hicieron mal y otras que se hicieron bien, para tratar de seducir a quienes no forman parte de su núcleo duro de votantes, pero no la veo pudiendo sostener ese discurso.
En 2017 arrancó así, y en determinado momento se salió, y dejó atrás la posibilidad de manifestar cierta autocrítica o ciertos rasgos de humildad porque ese no es su estilo.
¿Igualmente das como un hecho su candidatura?
No la daría como un hecho, pero entiendo es lo más probable por cuestiones que tienen que ver con intereses personales directos: asegurarse que los procesamientos no continúen con la gravedad que están continuando; y porque por lo que se escucha ya empezó a hacer campaña, metida en el tejido de las alianzas.
Lo cierto es que tiene un desafío difícil: quebrar el rechazo que genera en mucha gente, que es un rechazo visceral. Cristina tiene una característica, que también tienen otros líderes similares, generan grandes pasiones en sus seguidores, pero como correlato, del otro lado, generan apasionados enemigos. Eso es casi una regla en el liderazgo. Ahora habrá que ver cómo queda planteada la campaña, quién es el tercero en discordia, y con qué discurso aparece.
¿Volvemos al Peronismo Federal?
Sí, porque creo que están frente a una decisión difícil: ir por afuera, o terminar apoyando luego de las PASO al candidato peronista que mejor le vaya en esa instancia, que uno se inclina a pensar va a ser Cristina.
Y habrá que ver si ella es magnánima, y sobre todo si le creen, porque ha tenido momentos magnánimos, pero el problema es el después, y ciertos rumores que se escuchan la complican.
Algunos de los candidatos de Alternativa Federal son personas muy jóvenes, que tienen mucho tiempo por delante, y están embretados en una situación que les cuesta definir porque es evidente que si se juntan todos es muy probable que ganen las elecciones, pero por algo no lo hacen.
¿Coincidís que luego de la elección de Córdoba el tema de liderazgo se resuelve como plantean muchos analistas?
Córdoba es un distrito electoral importantísimo, es el que hizo presidente a Macri prácticamente, y donde todo indica que Schiaretti va a ganar la elección, porque no tiene ninguna competencia importante, y hasta donde se hizo una buena gobernación. Eso seguramente va a revitalizar a Alternativa Federal, pero una cosa es Schiaretti gobernador, y otra a nivel nacional, donde no veo un posicionamiento que le permita sacar provecho. Aquí la batalla es la provincia de Buenos Aires de punta a punta.
¿Y cuál es tu análisis sobre la situación allí?
Considerando como están evolucionando las encuestas entiendo que al oficialismo le hubiera convenido desdoblar, porque Vidal sola sacaba más votos que en la boleta con Macri, y tenía posibilidades de ganar, lo que le hubiera permitido al oficialismo llegar a la elección nacional con la provincia de Buenos Aires a favor, algo que no solo es importante, sino que es poco frecuente, sería la tercera vez que pasa en muchos años.
Lo cierto es que hoy, la Gobernadora está en un escenario donde debe hacer una muy buena elección en un contexto de boleta compartida que dista de ser ideal. Pero hay que ser cautos porque Vidal es un fenómeno político particular, tiene una imagen que la ayuda mucho, y así como hoy una victoria parece difícil, también parecía imposible que gane la Provincia cuatro años atrás.
Recién hablabas de las encuestas, herramientas sobre las que reiteradas veces en lo últimos meses planteaste que había que ser muy cautos
Es verdad, al punto que creo que recién ahora hay que empezar a tomarlas en cuenta, ya que ahora sí, muy lentamente, la gente está empezando a ponerse en modo electoral. Los números que arrojan las encuestas hoy eran impensables en diciembre, y solo si el gobierno logra revertir esta tendencia va a tener posibilidades, sino no. Igualmente, hasta que no estén las candidaturas todo es incierto: uno no puede decir quién saldrá campeón en un torneo de fútbol sino sabe qué equipos juegan.
¿Finalmente, saliendo de la coyuntura que implicó para vos haber ganado el premio “Mérito a la Excelencia en la enseñanza” en comunicación política en los Napolitan Victory Awards 2019?
Doy clases desde los 23 años así que este reconocimiento a la docencia es algo muy importante en lo personal, porque le he dedicado muchos años, y porque creo fervientemente que es por ahí que pasa la salida de los países. Enseñar es algo que me entusiasma mucho, y especialmente ahora cuando al menos en el campo de la comunicación política, sobre todo en los políticos jóvenes, veo se ha instalado un afán de hacer las cosas de otra manera, con un enfoque muy profesional.