Daniel Ivoskus: “Si la política no les resuelve los problemas cotidianos a los ciudadanos esto genera una desafección que repercute en el sistema”
Entre el 6 y el 8 de febrero se llevó a cabo en la Ciudad de México, la XII Cumbre Internacional de Comunicación Política que reunió a más de 3000 expertos y profesionales de 25 países en paneles, conferencias y mesas de discusión, que analizaron las tendencias y las herramientas más importantes de la comunicación política contemporánea.
Con eje en temas como “Política y Nuevas Tecnologías”, “Comunicación de Gobierno”, “Comunicación de Crisis”, “Medios y Opinión Pública”, “Neuromarketing”, “Storytelling” y “Campañas Digitales”, los desafíos del actual proceso electoral mexicano, el rol de la mujer y los jóvenes en la política también constituyeron importantes núcleos de abordaje de este evento, organizado conjuntamente por CP Comunicación Política (USA) y Mitin México.
Para conocer un balance preliminar de la Cumbre, y las principales temáticas y tendencias allí analizadas Comunicación Pública dialogó con Daniel Ivoskus, presidente del Comité Organizador Internacional de ese evento, especialista en Desarrollo Económico Local y en Marketing Público.
¿Cuál es tu balance inicial sobre el desarrollo de la Cumbre?
Realmente estamos muy contentos, fueron tres días intensos, donde se desarrollaron unas 300 conferencias de gran nivel, y donde se evidenció un interés formidable por la capacitación de parte de los más de 3000 asistentes de 25 países, que desde distintos lugares y en diferentes roles participaron de esta iniciativa.
A horas de finalizado el evento ¿cuáles crees fueron las temáticas que más concentraron la atención y la preocupación de los consultores y expertos?
Creo que más allá de la diversidad de temáticas que se abordaron, entre los temas de discusión relevantes fue insoslayable analizar el creciente descreimiento en el sistema democrático por parte de los ciudadanos, un dato que se hizo presente a partir de diversos informes que daban cuenta de esta situación, aún en países atravesados por coyunturas diferentes, pero entre los que obviamente el caso de México, que ofició de sede, y donde solo un 37% de los ciudadanos creen que la democracia es la mejor forma institucional, fue un tema de discusión central.
Junto a ese núcleo, el impacto de las nuevas tecnologías en las campañas; y las encuestas, la guerra de encuestas en la que estamos inmersos, al punto de que muchos políticos cuando se levantan a la mañana tienen como preocupación central ver cuántos puntos miden en ellas, fueron otros dos ejes en torno a los que creo que se generaron debates y análisis muy interesantes.
En relación al primer punto, la desafección de los ciudadanos por el sistema democrático ¿cuáles fueron las líneas de abordaje?
En general todos coincidimos en que ese dato implica un llamado de atención urgente dirigido hacia los políticos, donde se manifiesta el creciente nivel de desconexión entre sus preocupaciones y las de los ciudadanos. Si la política no les resuelve los problemas cotidianos a los ciudadanos esto genera una desafección que repercute en el sistema. Los gobiernos y los partidos políticos son los primeros que deben dar cuenta de esto, y dedicarse a resolver los problemas para los cuales han sido creados, sino el fenómeno va a continuar creciendo.
¿Esto ocurre solo en Latinoamérica?
Para nada, se trata de un fenómeno más amplio, que también se puede ver en países como Estados Unidos, por ejemplo, donde todos los analistas coinciden que una de las fortalezas que tuvo el mensaje que llevó a Donald Trump a la presidencia fue, justamente, plantear una pelea con los partidos políticos, no solo con los demócratas, sino también con los republicanos, con su propio partido. Es un fenómeno que debemos estudiar, seguir de cerca, pero donde el protagonismo lo deben asumir quienes vienen de la política, y tienen responsabilidades de gobierno.
¿Entonces, aun cuando impugnar al sistema termine siendo un mensaje bien recibido por los votantes los consultores no deberían transformarlo en un eje de campaña?
Yo creo que es un tema de preocupación, y que la defensa del sistema democrático no debe ponerse en duda, el desafío es volver a enamorar a la ciudadanía, y ahí un punto clave es achicar la diferencia entre las expectativas que se generan en la campaña electoral y las que se cumplen cuando se llega al gobierno. Esa diferencia tan grande entre unas y otras hace que el descreimiento y la desconexión sean cada vez más grandes.
¿Por eso aún antes de la Cumbre planteabas en varias entrevistas que el eje de la comunicación política debe pasar por la gestión?
Yo creo que la comunicación de gobierno es fundamental, que lograr generar una continuidad luego de los 60 días de campaña es una necesidad insoslayable, y que los desafíos más interesantes para quienes trabajamos en este campo vienen después de ganar. Miremos sino lo que le está sucediendo a Macron en Francia: Ganamos, ¿y ahora qué?
En esa línea en la Cumbre se han generado planteos de diferente índole, pero que necesariamente deben ser acompañados desde la política, porque terminada la etapa de las promesas, para centrarnos en la etapa de los resultados, debe haber resultados.
Así, en el marco de análisis muy centrados en la comunicación política, pudimos escuchar casos de campañas muy interesantes, que comprenden el nuevo esquema de la comunicación, y se centran en lo cotidiano, donde hubo, por ejemplo, presentaciones de algunos casos de alcaldes mexicanos (porque México va hacia una elección donde por primera vez se pueden presentar a la reelección), que han entendido que la buena gestión era la gran herramienta para una campaña de reelección.
¿Y cómo estamos en nuestro país en ese punto?
Creo que la comunicación política en Argentina está en un proceso de crecimiento y profesionalización muy importante, donde la existencia de la Asociación Argentina de Consultores Políticos, es un gran paso porque normaliza, organiza, y pone parámetros de profesionalización de la actividad.
Por otra parte, ya a en término de comunicación de gobierno, personalmente entiendo que Cambiemos tiene una metodología de comunicación, y una visión sobre su importancia como un eje de gestión, y no como un accesorio puramente instrumental. Un punto de partida que me parece importante, porque finalmente a partir de los logros que va obteniendo, termina por promover el interés de los demás partidos.